El IX Festival fue especial por dos motivos: por la actuación de Charles Mingus, que suponía un giro en una programación dominada hasta entonces por un jazz más bien tradicional, y porque se ensayó el traslado a un escenario más grande que la Plaza de la Trinidad.

Earl Fatha Hines.
Earl Fatha Hines.

Balance

Ante la expectación suscitada por Mingus, se decidió que su concierto fuera, excepcionalmente, en el Polideportivo de Anoeta, que duplicaba el aforo de “La Trini”. El público respondió llenándolo, lo que hizo pensar que en un futuro podría ser necesario recurrir al Velódromo, con una capacidad de más de catorce mil personas. Entonces todavía podía parecer fantasiosa la idea de que el Velódromo se abarrotase para un espectáculo de jazz, pero no iban a pasar muchos años antes de que se convirtiera en realidad.

Mingus dio un recital extraordinario, pese a no disponer de su propio contrabajo; tuvo que tocar con el que le prestó Jimmy Leary.

El Jazzaldia donostiarra adquirió en esta novena edición una dimensión considerable. Su duración aumentó hasta los seis días, con seis sesiones de profesionales, dieciocho grupos aficionados, cuatro jam sessions en el Polideportivo y proyección de películas relacionadas con el jazz.

En esta ocasión, no hubo concurso de aficionados; de haberse disputado, los miembros del Jurado lo habrían tenido muy difícil, por la alta calidad de los participantes. Algunos eran auténticos “supergrupos”, con instrumentistas destacados en concursos anteriores.

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Fotografías del Festival

Cartel

Cartel 09 Jazzaldia 1974.

Cartel 09 Jazzaldia 1974.